La palabra cementerio viene del griego (koimeterion) y en español significa “dormitorio”. Esta palabra fue introducida por los cristianos. Antes del cristianismo al lugar donde enterraban a los muertos se le llamaba “necrópolis” (ciudad de los muertos, en español).
Con la esperanza cristiana en la resurrección se le cambió el nombre por “dormitorio”, de ahí que los cristianos decimos que los muertos están “descansando en paz” a la espera de la resurrección.
Para nosotros “La Puerta de las Pueblos” los cementerios son el lugar donde descansa el pueblo desde que este existe y esta entrada es un homenaje a todos nuestros antepasados que descansan en estos lugares sagrados.
Usualmente, los cementerios son comunitarios, es decir, en dicho lugar se encuentran las tumbas de los miembros de la comunidad, sin llegar a ser tumbas colectivas, pues cada difunto tiene su propio espacio determinado aunque, por decisión familiar, también pueden enterrarse varios familiares en el mismo lugar.
La mayoría de los cementerios se destinan a cadáveres humanos, aunque, desde la Antigüedad, existían necrópolis para ciertos animales, como el Serapeum de Saqqara, en Egipto. Actualmente también existen cementerios de animales para enterrar a las mascotas fenecidas. En el caso de los humanos, actualmente existen los cementerios parques, lugares que han sido muy comunes durante los últimos 30 años y que se han masificado para que las personas puedan ser sepultadas.